El árbol Huluppu
En los primeros
días, en los muy primeros días,
En las primeras noches, en las
muy primeras noches,
En los primeros años, en los muy primeros
años,
En los primeros días
cuando todo lo necesario fue creado
En los primeros días cuando
todo lo necesario fue bien nutrido
Cuando el pan se horneaba en
los santuarios de la tierra,
Y era saboreado en los hogares de la
tierra,
Cuando el cielo se alejó de la tierra,
Y la tierra se
hubo separado del cielo,
Y el nombre del hombre fue
elegido;
Cuando el Dios del Firmamento, An, retiró los cielos,
Y
el Dios del Aire, Enlil, retiró la tierra,
Cuando la Reina del
Gran Abajo, Ereshkigal, recibió por heredad el inframundo,
Él zarpó; el Padre
zarpó,
Enki, el Dios de la Sabiduría, zarpó hacia el
inframundo.
Pequeños guijarros de viento fueron lanzados contra
él;
Granizos enormes
Como embestida de tortugas,
Atacaron
la quilla del barco de Enki.
Las aguas del mar devoraron la proa
de su barco como lobos;
Las aguas del mar golpearon la popa de su
barco como leones.
En ese momento, un
árbol, un árbol único, un árbol huluppu (tal vez sauce)
Fue
plantado en las riberas del Eufrates.
Un árbol nutrido por las
aguas del Eufrates.
Se elevó un remolino del viento sur y lo
arrancó de sus raíces
Y desgarró sus ramas
Hasta que se lo
llevaron las aguas del Eufrates.
Una mujer que obraba
con reverencia a la palabra de An, el Dios del Firmamento,
Que
reverenciaba la palabra de Enlil, el Dios del Aire,
Recogió el
árbol del río y dijo:
“Yo llevaré este
árbol a Uruk.
Yo plantaré este árbol en mi jardín sagrado.”
Inanna cuidó del
árbol con su mano.
Asentó con su pie la tierra alrededor del
árbol.
Se preguntaba:
“¿Cuánto tiempo
pasará hasta que tenga un trono brillante donde sentarme?
¿Cuánto
tiempo pasará hasta que tenga un lecho brillante donde acostarme?”
Los años pasaron;
cinco, luego diez.
El árbol engrosó,
Pero su corteza no se
hendió.
Entonces una serpiente que no podía ser hechizada
Hizo
su nido en las raíces del árbol huluppu.
El ave Anzu puso a sus
pequeños en las ramas del árbol.
Y la obscura doncella Lilith
hizo su hogar en el tronco.
Lloró la joven
mujer a quien le gustaba reír.
¡Cómo lloró Inanna!
(Sin
embargo, ellos no abandonaban su árbol).
Cuando los pájaros
comenzaron a cantar a la llegada de la aurora,
El Dios del Sol,
Utu, dejó su cámara real.
Inanna llamó a su hermano Utu,
diciendo:
“O Utu, en los
días en que los destinos fueron decretados,
Cuando la abundancia
se desbordaba sobre la tierra,
Cuando el Dios del Firmamento tomó
los cielos y el Dios del Aire la tierra,
Cuando el Gran Abajo fue
dado a Ereshkigal por heredad,
El padre Enki, el Dios de la
Sabiduría, zarpó hacia el inframundo,
Y el inframundo se levantó
y lo atacó...
En ese tiempo, un árbol, un único árbol, un
árbol huluppu
Fue plantado en las riberas del Eufrates.
El
Viento del Sur arrancó sus raíces y desgarró sus ramas
Hasta
que se lo llevaron las aguas del Eufrates.
Recogí el árbol del
río;
Lo traje a mi jardín sagrado.
Cuidé del árbol, en
espera de mi trono y de mi lecho brillantes.
Entonces hizo su
nido en las raíces del árbol
Una serpiente que no puede ser
hechizada
El ave Anzu puso a sus pequeños en las ramas del
árbol,
Y la obscura doncella Lilith hizo su casa en el
tronco.
Lloré.
¡Cómo lloré!
(Pero ellos no abandonaban
mi árbol)”.
Utu, el valiente
guerrero, Utu,
No quiere ayudar a su hermana, Inanna.
Cuando los pájaros
comenzaron a cantar a la llegada de la segunda aurora,
Inanna
llamó a su hermano Gilgamesh, diciendo:
“O Gilgamesh, en
los días cuando los destinos fueron decretados,
Cuando la
abundancia se derramaba en Sumeria,
Cuando el Dios del Firmamento
tomó los cielos y el Dios del Aire tomó la tierra,
Cuando
Ereshkigal recibió el Gran Abajo como su heredad,
El padre Enki,
Dios de la Sabiduría, zarpó hacia el inframundo,
Y el inframundo
se levantó y lo atacó.
En ese tiempo, un árbol, un árbol
único, un árbol huluppu
Fue plantado en las riberas del
Eufrates.
El Viento del Sur arrancó sus raíces y desgarró sus
ramas
Hasta que las aguas del Eufrates se lo llevaron.
Yo
recogí el árbol del río;
Yo lo traje a mi jardín sagrado.
Yo
cuidé del árbol, en espera de mi trono y mi lecho brillantes.
Entonces hizo su
nido en las raíces del árbol,
Una serpiente que no puede ser
hechizada
El ave Anzu puso a sus pequeños en las ramas del
árbol,
Y la obscura doncella Lilith construyó su casa en el
tronco.
Lloré.
¡Cómo lloré!
(Pero ellos no abandonaban
mi árbol.)”
Gilgamesh el
guerrero valiente, Gilgamesh,
El héroe de Uruk, ayudó a
Inanna.
Gilgamesh abrochó su armadura de cincuenta minas alrededor de su pecho.
Las cincuenta minas le pesaban tan poco
como cincuenta plumas.
Levantó su hacha de bronce, su hacha del
camino,
Que pesa siete talentos y siete minas ,
sobre su hombro.
Entró al sagrado jardín de Inanna.
Gilgamesh golpeó a
la serpiente que no podía ser hechizada.
El ave Anzu voló con
sus pequeños a las montañas;
Y Lilith destruyó su casa y huyó
a los lugares inhabitables y salvajes.
Entonces Gilgamesh aflojó
las raíces del árbol huluppu;
Y le cortaron las ramas los hijos
de la ciudad, que lo acompañaban.
Del tronco del árbol
talló un trono para su hermana sagrada.
Del tronco del árbol
Gilgamesh talló un lecho para Inanna.
De las raíces del árbol
ella formó un pukku para su hermano.
De la corona del árbol
formó un mikku para Gilgamesh,
El héroe de Uruk.
Diane Wolkstein y Samuel Noah Kramer
Comentarios
Publicar un comentario