Epopeya de Gilgamesh Tablilla 2 Columna III y IV
(III)
La leche de las criaturas salvajes solía mamar. Comida dispusieron ante él; se atragantó, boqueó y abrió mucho los ojos. Nada sabe Enkidu de comer manjares; a apurar bebida fuerte no le habían enseñado. (10) La ramera abrió la boca, diciendo a Enkidu: «Come el alimento, Enkidu, porque es deber de vida; consume la bebida fuerte, porque es costumbre de la tierra». Enkidu comió el alimento, hasta que se hubo saciado; de bebida fuerte apuró siete copas. Despreocupado se hizo su talante (y) alegre, su corazón exultó y su cara resplandeció. Frotó [la excrecencia velluda], El pelo de su cuerpo, ungióse con óleo, se hizo humano. Se puso vestidos, ¡es como un novio! Empuñó su arma para espantar los leones, a fin de que los pastores puedan descansar de noche. Apresó lobos, capturó leones, los principales ganaderos reposaron sosegados; Enkidu es su centinela, ¡el hombre atrevido, el héroe único! A [...] dijo:
(Faltan varias líneas)
(IV)
Festejó. (Faltan unas ocho líneas). Cuando levantó los ojos, contempló un hombre. Dice a la ramera: «¡Trae a ese hombre, moza! ¿Por qué vino aquí? Hazme oír su nombre». La ramera llamó al hombre. Yendo hasta él y diciéndole: «Señor, ¿a dónde te apresuras? ¿Cuál es tu afanoso rumbo?» (20) El hombre abrió la boca, diciendo a En[kidu]: «En la casa del consejo se ha [entremetido], que se reserva para la gente, ... para himeneo. En la ciudad ha acumulado profanación. Imponiendo extrañas cosas a la infausta ciudad. Para el rey de Uruk, la de amplios mercados, (30) el tambor del pueblo suena para la elección nupcial. Para Gilgamesh, rey de Uruk, la de amplios mercados, el tambor del pueblo suena para la nupcial elección, a fin de que con legítimas mujeres se ayunte. Él es el primero, el marido viene después. Por el consejo de los dioses (así) fue ordenado. ¡Al cortar su cordón umbilical se decretó así para él!» A estas palabras del hombre su rostro palideció.
(Faltan unas 3 líneas).
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