ENKI Y NINHURSAG

Enki and Ninhursag Artist: Karmazid

En Dilmun,
 el cuervo no da su graznido,
 el pájaro-ittidu no da el grito del pájaro-ittidu,
 el león no mata, 
el lobo no se apodera del cordero,
 desconocido es el perro salvaje,
 devorador de cabritos. 
Desconocido es el... devorador de grano.
 Aquel que tiene mal en los ojos no dice:
 - «Tengo mal en los ojos»;
 aquel que tiene mal en la cabeza no dice:
 «Tengo mal en la cabeza»; 
la vieja no dice: «Soy una vieja»;
 el viejo no dice: «Soy un viejo».
 Aquel que atraviesa el río no dice: […] 
A su alrededor no dan vueltas los sacerdotes sumidos en llanto,
 el cantor no suelta ningún lamento, 
alrededor de la ciudad no pronuncia ninguna endecha.  
La diosa Ninmu salió al ribazo. Enki, 
entre los marjales, mira a su alrededor, 
mira a su alrededor. Y dice a su mensajero Isimud:
 – «¿No besaré yo a la hermosa doncella?
 ¿No besaré yo a la hermosa Ninmu?».
 Isimud, su mensajero, le responde:
 – «Besa a la hermosa doncella,
 besa a la hermosa Ninmu. Para mi rey,
 yo haré soplar un gran viento».
 Solo, Enki, toma pie en su barco,
 por segunda vez, él […]
 Abraza a Ninmu estrechamente y la besa,
 vierte la simiente en su seno:
 ella recibe la simiente en su seno, la simiente de Enki. 
Un día habiendo hecho su primer mes,
 dos días habiendo hecho sus dos meses, 
nueve días habiendo hecho sus nueve meses, los meses de la maternidad,
 Ninmu, como la crema -[…],como la crema-[…], 
como la buena, la maravillosa crema,
 da a luz a la diosa Ninkurra.
 La diosa Ninkurra salió al ribazo. 
Enki, entre los marjales, mira a su alrededor,
 mira a su alrededor. Y dice a su mensajero Isimud:
 – «¿No besaré yo a la hermosa doncella? 
¿No besaré yo a la hermosa Ninkurra?».
 Isimud, su mensajero, le responde:
– «Besa a la hermosa doncella, 
besa a la hermosa Ninkurra.
 Para mi rey, yo haré soplar un gran viento»
 Solo, Enki, toma pie en su barco, por segunda vez,
 él […] Abraza a Ninkurra estrechamente y la besa,
 vierte la simiente en su seno:
 ella recibe la simiente en su seno, la simiente de Enki. 
Un día habiendo hecho su primer mes, 
dos días habiendo hecho sus dos meses,
 nueve días habiendo hecho sus nueve meses, los meses de la maternidad, Ninkurra,
 como la crema -[…], como la crema-[…], 
 como la buena, la maravillosa crema, da a luz a la diosa Uttu. 
Uttu la mujer exaltada […] se puso a la izquierda para él.
 Abraza a Uttu estrechamente y la besa,
 toca pervirtiendo su entrepierna, 
acaricia sus ingles con sus manos, 
desflora a la más joven, 
vierte la simiente en su seno: 
ella concibió la simiente en el seno,
 la simiente de Enki. Uttu despierta y grita:
 – «¡Calamidad!, mis ingles. 
¡Calamidad!, mi hígado. ¡Calamidad!, mi corazón».
 Ninhursag la vio y removió el semen de su cuerpo. 
Enki, entre los marjales, mira a su alrededor,
 mira a su alrededor.
 Y dice a su mensajero Isimud:
 – «Quiero decretar la suerte de estas plantas. 
quiero conocer su corazón.
 ¿Cuál es, por favor, esta planta?
 ¿Cuál es, por favor, esta planta?».
 Isimud, su mensajero, le responde:
 – «Rey mío, ésta es la planta-árbol», le dice. 
Y la corta para Enki, quien se la come.
 – «Rey mío, ésta es la planta-miel»,
 le dice. Y la coge para él y él se la come.
 – «Rey mío, ésta es la planta-malahierba del camino»,
 le dice. Y la corta para él y él se la come.
 – «Rey mío, ésta es la planta de agua»,
 le dice. Y la corta para él y él se la come.
 – «Rey mío, ésta es la planta-espina»,
 le dice. Y la corta para él y él se la come.
 – «Rey mío, ésta es la planta-alcaparra»,
 le dice. Y la coge para él y él se la come.
 – «Rey mío, ésta es la planta-...»,
 le dice. Y la corta para él y él se la come.
 – «Rey mío, ésta es la planta-casia», 
le dice. Y la coge para él y él se la come.
 Enki decretó, pues, la suerte de estas plantas y conoció su «corazón».
 Pero, entonces, Ninhursag maldijo el nombre de Enki:
 – «¡Hasta que esté muerto, no le fijaré jamás con el Ojo de la Vida!». 
Ninhursag hace que Enki se siente junto a ella:
 «Hermano mío, ¿dónde te duele?
 – Mi […] me duele. 
– Al dios Abu he dado a luz para ti.»
 «Hermano mío, ¿dónde te duele?
 – Mi mandíbula me duele.
 – Al dios Nintulla he dado a luz para ti.»
 «Hermano mío, ¿dónde te duele?
 – Mi diente me duele. – A la diosa Ninsutu he dado a luz para ti.» «Hermano mío, ¿dónde te duele? – Mi boca me duele. – A 
la diosa Ninkasi he dado a luz para ti.»
 «Hermano mío, ¿dónde te duele?
 – A la diosa Nazi he dado a luz para ti.»
 «Hermano mío, ¿dónde te duele? 
– Mi brazo me duele.
 – A la diosa Azimua he dado a luz para ti.»
 «Hermano mío, ¿dónde te duele?
 – Mi costilla me duele. 
– A la diosa Ninti he dado a luz para ti.»
 «Hermano mío, ¿dónde te duele?
 – Mi […] me duele.
 – Al dios Enshag he dado a luz para ti.» 


Samuel Noah Kramer. La historia empieza en Sumer.

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